Bolivia nuevamente estuvo en las mesas de votación, a pesar de estar en pandemia, pero decidir el futuro de nuestro país también es importante. Todos pensarían que luego de las elecciones presidenciales estaríamos más tranquilos o que al menos las tenciones rebajarían, pero solo fue la puerta de entrada a más problemas.
Desde la sucesión del actual presidente, Luis Arce, lo que más se escuchó es el supuesto “golpe de estado”, tema del cual muchos bolivianos ya se sienten cansados y algunos lo ven como simple lloriqueo a lo sucedido el 2019, donde se sufrieron muertes, atropellos, acusaciones y toda el movimiento cesó para dar vía libre a la democracia, aun así todo va cuesta abajo, desde discursos tontos que solo recalcan que en Bolivia existió un golpe de estado y que somos unos pobres moribundos que fueron atacados por el gobierno transitorio, hasta escases de vacunas que deberían ser una de las prioridades en el país.
En las pasadas elecciones subnacionales, vimos el juego de muchos políticos, unos eran deshabilitados, otros incorporados a pesar de llegar a la cárcel, sin llegar lejos, Manfred Reyes Villa, fue deshabilitado muchas veces y las excusas no faltaban, pero los ciudadanos lo respaldaban, muchos sienten que es la carta de esperanza para que Cochabamba se vuelva a levantar y no quedemos como Quillacollo que cambiaba de alcalde como yo cambio de medias.
Luego de la segunda vuelta, se vio que el MAS obtuvo la victoria en 227 de 339 alcaldías, suena impresionante pero regresando al 2010 este logró el 234 de 337 municipios, lo cual es una considerable reducción de la mancha azul en el mapa, además, simplemente contando con las principales alcaldías en el país, solo en dos de las 10 logró la victoria, para muchos lo más extraño fue al notar su notable derrota en La Paz y el El Alto, aún más sorprendente que en ningún departamentos que pertenecen al eje troncal, eso se puede deber a la ideología que existe en ellos, donde varios ya se cansaron de los atropellos de parte del gobierno, antes liderado por Evo Morales, por ejemplo, es claro el sentimiento “antimasista” en Cercado, no por nada Súmate ganó con el 56% de los votos.
Ahora, lo único que nos queda, a mi y a muchos bolivianos, es esperar a que el actual gobierno se “ponga los pantalones” y dirija el país como se debe, sin “pasar pelotas”, venganzas o cualquier tontería, es momento que sean maduros y le otorguen a Bolivia el respeto que se merece.
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